jueves, 15 de diciembre de 2011

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¿Qué pasó con el momento en que uno descubrió la muerte? Porque debió haber uno. Un momento... en la niñez, cuando por primera vez se te ocurrió que no vives para siempre.

¿Los años pasan también para la televisión?




Un repaso por los avances y retrocesos de la televisión en Argentina.
Por Marina Pandolfi

Introducción

“Encuentro a la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro”
Groucho Marx
En Argentina, la primera emisión televisiva tuvo lugar el 17 de octubre de 1951. El rostro de Eva Perón apareció en las pantallas con un discurso en conmemoración al “Día de la Lealtad”. Además, inauguraba oficialmente Canal 7.
El semiólogo italiano Umberto Eco refiere a la televisión de aquella época como la “Paleo televisión (Paleo TV)”[1], cuyo fin era transmitir “inauguraciones presididas por ministros”[2] además de intentar que el público televidente “aprendiera cosas inocentes”[3]. También el filósofo argentino Tomás Abraham la recuerda en su libro La Aldea Local[4] como un punto de encuentro con la familia para disfrutar de la programación. Luego de repasar varias anécdotas Abraham concluye lo siguiente: “no me hizo mal, no me agredió, no me llenó la cabeza de estupideces, no me impidió leer”[5].

La televisión, aquí y ahora.
¿Qué se podría decir de los programas que la televisión ofrece hoy? Treinta años después de aquel 17 de octubre, en los ’80, se comenzaba a perfilar la época neoliberal. Las privatizaciones y el florecimiento de nuevas tecnologías dieron paso a una nueva faceta de la televisión, a la que Eco denominó “Neo Televisión (Neo TV)”[6]. La diferencia con su antecesora es que esta ya no habla de lo que ocurre en el mundo exterior, sino que “habla de si misma y del contacto que está estableciendo con el público”[7]. Para crear una “ilusión de realidad”, se vale de recursos como visualizar los objetos de grabación (micrófonos, cámaras, teléfonos) o lograr posturas naturales y distendidas en los presentadores de los programas.
El semiólogo argentino Eliseo Verón señala que en los años ‘90 se perfiló una “crisis de credibilidad de los medios informativos, en especial de la televisión”,  lo cual contribuyó al desplazamiento de la TV a una nueva etapa, caracterizada porque el “mundo del destinatario irrumpe en la institución televisión”[8], que es la de la “Post TV”[9].
Los programas como Gran Hermano donde un grupo de jóvenes, previamente seleccionados por castings, pasa determinada cantidad de tiempo encerrado y aislado del mundo exterior o los talk shows de Moria Casán, donde concurren parejas en las que hay un tercero en discordia o hijos no reconocidos, son ejemplo de la programación que ofrece la Post TV. También el programa Policías en acción pertenece al mismo patrón: un sujeto que porta una cámara al hombro, y acompañado de dos o tres policías, pretende mostrar la “realidad” que se vive en las zonas periféricas a la Capital Federal. A menudo, estas son presentadas como conflictivas o peligrosas.
El programa Bailando por un sueño, de Marcelo Tinelli, también entra en esta categoría. Las discusiones entre participantes y las tomas de cámara fuera de escena simulan que todo lo que sucede ahí es improvisado y accidental. A la promulgación de la Ley de Medios en 2009, que garantiza “la libertad de expresión con los derechos humanos (…) y alienta la diversidad de voces estableciendo un límite a la concentración y al dominio del mercado”[10], le sucedió la creación de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA). Este ente regulador, encargado de sancionar contenidos que violan la ley u otros decretos, aplicó varias multas a esta emisión televisiva[11].Aun así, el programa supera los 30 puntos de rating[12] y el segundo de publicidad cotiza más de 7 mil pesos[13].


Palabras Finales
La función primera de la televisión fue acercar lo que sucedía en el mundo exterior al hogar. En la Post TV, en cambio, la vida privada es trasladada a la pantalla para que esta se vuelva visible. Si el repertorio de ese tipo de programación se acaba, ¿sería posible que la web comenzara a ocupar lugar en los televisores? No parece lejano, ya que la compañía Sony diseñó, junto con Google, un nuevo televisor en donde se pueden combinar los contenidos de internet con la programación televisiva habitual[14]. Este proyecto, que comenzó en Estados Unidos en 2010, recorrerá un largo camino antes de llegar a otros países. Mientras tanto, Latinoamérica seguirá conformándose con los resabios de una TV que está por extinguirse.



[1] Eco, Umberto (1986). “La estrategia de la Ilusión. TV: La transparencia perdida”, Revista Cinosargo, recuperado 19/05/2009
[2] Íbidem
[3] Íbidem
[4] Abraham, Tomás (1998). “Diario de un esquizovidente argentino”, en La aldea local,
Buenos Aires, Eudeba.
[5] Íbidem
[6] Eco, Umberto (1986). “La estrategia de la Ilusión. TV: La transparencia perdida”, Revista Cinosargo, recuperado 19/05/2009
[7] Íbidem
[8] Verón, Eliseo (2009). “El fin de la historia de un mueble” Publicación de la cátedra en el anexo de la Unidad nº3.
[9] Amado, Adriana durante la clase del 21/10/2011 de la cátedra de “Medios de Comunicación Social”.
[10] Santiago Marino, Guillermo Mastrini y Martín Becerra (2010). ―El proceso de regulación
democrática de la comunicación en Argentina disponible en http://www.perio.unlp.edu.ar/oficios/documentos/pdfs/oficios_25.pdf
[11] Disponible en línea en http://www.adicto.tv/polemica-bailando-sueno
[12] Disponible en línea en  http://www.ibope.com.ar/consultas/television.asp?Fecha=20111108
[13] Disponible en línea en  http://television.com.ar/diario-online/minuto-a-minuto/data/123937/%C2%BFquien-vale-mas/
[14] Disponible en línea en http://www.lanacion.com.ar/1314460-sony-presento-sus-pantallas-con-google-tv