sábado, 16 de junio de 2012

Elecciones en medio de la crisis griega

De todos los 16 países que integran de la denominada "Eurozona" (por ser el Euro la moneda común entre ellos), Grecia es el que más se tambalea desde el 2010. El comienzo de la crisis económica en el país tiene su origen en causas diversas, pero la más importante parece ser la deuda pública y el déficit para pagarla.El gobierno conservador de Konstantinos Karamanlís ocultó, durante sus dos legislaturas,los verdaderos datos macroeconómicos, entre ellos el verdadero valor de la deuda. Su gobierno, luego de afrontar durante 2008 varias protestas de jóvenes y trabajadores debido a la crisis económica, se vio obligado a llamar a elecciones para el 2009. Quien ganó la batalla electoral fue el gobierno de Giorgios Papandreu. Este nuevo primer ministro llegó al poder con gran apoyo popular, pero ante el incierto panorama financiero se vio obligado a tomar medidas de ajuste que le fueron costando la popularidad a lo largo de su mandato.
En noviembre de ese año, Papandreu admitió que la economía del país estaba "en terapia intensiva", ya que  la deuda pública del 113% del PBI y el déficit es de 12,7% del PBI. Remontándonos a 1992, el Tratado de Maastricht, consagrado en la Unión Europea (UE), establecía que el máximo de deuda pública de un país miembro de la UE es de un 60% de su Producto Interno Bruto (PIB) y su déficit fiscal no debe superar un 3%.
Unos meses después de las declaraciones de Papandreu acerca de la economía, los bonos griegos se desploman en la Bolsa, generando así dudas en el mercado y en los inversores, por lo que el gobierno decide llevar adelante dos planes más de ajustes que no tardarán en ser repercutidos con fuertes protestas sociales (y su consiguiente represión por parte del Estado) y huelgas.
El año 2011 fue el más caótico para el país heleno. Luego de que el Parlamento aprobara medidas de austeridad y realizara importantes recortes en áreas públicas y privatizaciones, se profundiza el colapso económico y social. El PBI griego cae un 6,9%, la producción industrial se desploma, quiebran 110.000 empresas griegas, el desempleo salta del 7,5% en 2008 al 19,9% en noviembre de 2011, la pobreza aumenta hasta un 33% de la población y se dispara la tasa de suicidios.
Como "salida rápida", en octubre se decide pedir a la UE un segundo rescate, ya que el primero fue aprobado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y constaba de 110.000 millones de euros. Esta "segunda oportunidad" fijaba un monto de 130.000 millones de euros e iba acompañada por una nueva ola de ajustes. Al mes siguiente, Giorgio Papandreu presentó su renuncia y dejó a su sucesor, Lukas Papademos, al frente de una deuda del 160% del PBI.

El debacle económico

El panorama empeoró mucho más, ya que en febrero la tasa de desempleó trepó al 21% y arrastró consigo violentas protestas sociales. Los rumores de que Grecia entrara en default (esto ocurre cuando un país contrae una deuda mucho mayor a la que realmente puede pagar) eran cada vez mayores. Sin embargo, el rescate financiero de 130.000 millones de euros fue finalmente aprobado por el FMI y junto con el se agregó la quita de deuda de acreedores privados.
Ante la parálisis política, la indecisión y el contínuo avance de la crisis, Papandreu decidió llamar a elecciones el 6 de mayo. Como "castigo" los votantes optaron por los partidos que proponen medidas antiajuste, como el del izquierdista Syriza que se posicionó como segunda fuerza. No obstante, ningún partido obtuvo la cantidad suficiente de comicios como para gobernar por si solo, lo que las elecciones se llevarán a cabo hoy, 17 de junio.
El diario estadounidense The New York Times, ante las elecciones de mañana, en su editorial escribió que "A esta altura no debería haber debates: las medidas de austeridad fueron un fracaso, ya que contrajeron aún más las economías y dificultaron pagar aún más las deudas contraídas".
Mientras tanto, lo imposible parece haberse vuelto real: o Grecia cumple con las condiciones de su rescate y se retira o será forzada a salir de la Eurozona. Respecto de la segunda opción, la salida del Euro afectaría aún más porque expandría la crisis financiera, ahuyentaría a los inversores y desestabilizaría a los bancos y demás economías europeas que se encuentren en la misma situación.
En una reciente entrevista con el diario La Nación, el ex presidente Giorgios Papandreu declaró, acerca de la salida de la Eurozona, que "sería una catástrofe. Primero, deberíamos declarar el default, habría corrida bancaria, colapsaría el sistema bancario, no habría sistema bancario. Habría hiperinflación; como Grecia es un país muy dependiente de las importaciones, habría desabastecimiento, se calcula que los salarios se reducirían en un 50% y el PBI, en un 20%. Estas son las estimaciones... Podría ser un poquito mejor, pero podría ser mucho peor."
Como siempre, la vieja receta de los gobiernos es no dejar caer a los bancos. Pero el efecto es, también, siempre el mismo: la que paga es la gente.
El futuro político y económico de Grecia estará por verse en las próximas horas, cuando Papademos le entregue a un sucesor (que podría ser Syriza) el destino de un país atrapado en la vorágine de la crisis económica mundial.

(No sé porqué, pero cada tanto se me da por salir de las noticias de todos los días de mi país y escribir sobre esto. A mis amigos que estudian economía y saben más que yo sobre estas cosas ¡se aceptan correcciones!)

Fuentes
http://www.nytimes.com/2012/05/25/opinion/the-euro-crisis-this-time.html
http://www.lanacion.com.ar/1482774-el-mundo-en-alerta-roja-por-grecia
http://www.lanacion.com.ar/1482519-giorgios-papandreu-salir-del-euro-seria-una-catastrofe
http://blogs.lanacion.com.ar/ciencia-maldita/los-dias-de-la-depresion/grecia-out-espana-in/