lunes, 14 de diciembre de 2009

Straight to the heart


He aquí, uno de mis escritos. Muchos podrán notar que es medio pesimista, justamente, porque fue hecho en una época de "vaso medio vacio" diciéndolo vulgarmente. Sin embargo, hay cosas que creo siguen sucediendo, lo cual ratifica más mi "teoría" (sin aval cientiífico xD): las sociedades actuales que están más preocupadas por el desarrollo tecnológico que por el contacto humano; lazos sociales cada vez más débiles, etc. .

Espero que lo disfruten.


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Últimamente (o quizás siempre estuvo ahí y recién caigo en la cuenta) noté que mucha gente que conozco no andaba bien. Incluso yo misma. “Y… qué se yo. Es la vida” fue la respuesta que obtuve de la mayoría. ¿Pero acaso la vida fue siempre así?. Otros remitieron la causa a la situación actual del país. Algunos se quedaron pensando, y otros, con una mueca más falsa que billete de $3 me decían “Yo estoy bien…” y huyeron. Pero mi pregunta es ¿A qué se deberá este gran malestar? Esa particular sensación de vacío que estamos experimentando y que a veces se alarga. Puede haber muchas causas posibles. La religión para algunos es un elemento fundamental para sentirse completos. Para otros puede ser aquella “media naranja” que parece no llegar más. Y los menos, aquel sentimiento de frustración proveniente de no haber realizado algún sueño en la vida. Pero yo atribuyo la causa a algo que “engloba” lo antes mencionado. Para mí, es la inestabilidad en todo su sentido. Principalmente creo que los lazos sociales (parezco socióloga utilizando estos términos, pero no es la intención) son cada vez más débiles, cada vez más frágiles. Cuesta mucho encontrar a esos “amigos del alma”, o simplemente alguien que esté en las buenas y en las malas. O si escalamos un poco más y nos encontramos en el terreno amoroso, las palabras que más escuchamos (o dijimos en algún momento) pueden ser las más decepcionantes para aquellos que tenían alguna expectativa: “por ahora sé que no quiero nada; después no sé”, “no sé lo que voy a querer dentro de un mes”, “no quiero compromisos”. Lo peor de todo, es que esos vaivenes terminan, justamente, en nada.

Creo que no hay nada de dónde agarrarse y mantenerse firme; es todo muy a la deriva en el peor sentido (a veces la vida te sorprende para bien, no soy tan pesimista), muy “después se verá”. Hay una escuela de pensamiento que denomina a las sociedades actuales como “las sociedades líquidas”, en donde todo fluye y fluye y se amolda primero a algo, después a lo otro, pero nada concreto.

Entonces, es aquí donde surge ese sentimiento de que nos sentimos perdidos y no sabemos para dónde ir. Y si todo es un río, en el cual nunca sabés dónde puede terminar… ¿Cómo hacés para no ahogarte?.




Noviembre 2009

1 comentario:

  1. Bueno, aquí viene mi ángulo: Coincido en gran parte con lo que decís, especialmente que los vínculos son superficiales. Sin embargo, no se si echarle toda la culpa a la preocupación por la tecnología. Para mi es un problema de valores perdidos -como compromiso, esfuerzo, responsabilidad-, cuyos mayores verdugos son los apóstoles de la sociedad global (televisión, Internet, etc), dónde todo ocurre a la velocidad de la luz: no hay tiempo para reflexionar, para detenerse. Por otro lado, estas cosas son muy funcionales a los poderosos, a quiénes personas acríticas, pasivas y además que no logran vincularse con otros o consigo mismos les es más fácil de manipular. Me gusta el blog, empezaste con el pie derecho :P, saludos, continua así!

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